Anna Quintana
13 MITOS SOBRE LAS AVALANCHAS (parte 2)

13 MITOS SOBRE LAS AVALANCHAS. (parte 2)
Esta es la segunda parte del post 13 mitos sobre las avalanchas, donde se resumen 13 errores fatales sacados principalmente de una de las biblias de la gestión del riesgo, el 3x3 avalanchas de Ed. Desnivel

Si hay huella es seguro
Cuando en una pendiente no hay espacio sin pisar se podría decir que esto es cierto.
El manto nivoso se estabiliza si es pisado constantemente.
Pero las trazas aisladas no son indicativo de seguridad.
Las huellas antiguas no nos dan garantías de nada. El manto nivoso puede haber sufrido cambios, no tiene porqué seguir siendo estable en el momento que pasamos nosotros.
Un ejemplo claro es en primavera. A primera hora la nieve endurecida por el rehielo es muy estable. Sin embargo, unas horas después las mismas palas pueden ser muy peligrosas.
Las marcas de animales son aún menos fiables. Un rebeco, por ejemplo, pesa la mitad que una persona adulta. La sobrecarga que genera en la placa no es comparable.
Cuando abrimos traza también pensamos que si pasa bien el primero es que no hay peligro.
Pero esto no es cierto.
Dependiendo de la cohesión de las capas, estas pueden aguantar varias pasadas hasta que se desencadene el alud.

Tras 2 o 3 días, la nieve caída se comprime y es totalmente segura.
En un primer momento pueden producirse avalanchas espontáneas de nieve reciente. Tras unos días, este tipo de aludes espontáneos ya no se producen.
Pero eso no significa que no haya peligro de avalanchas.
Cuando la nieve reciente se comprime por su propio peso, los copos se unen y pueden formar una placa.
Lo que determina la existencia de aludes no es tanto la cohesión entre estos cristales de nieve, sino la cohesión entre las distintas capas, es decir, su resistencia basal.
La cohesión entre capas es un proceso mucho más lento que puede durar muchos días dependiendo de las condiciones.
Por ello, aunque la capa superficial de nieve fresca haya transformado, no quiere decir que todo el manto nivoso sea estable.

Un terreno de base irregular fija el manto nival
Esta idea es cierta con la primera nevada que cae directamente al suelo; y también al final de temporada.
Las avalanchas de fondo deslizan sobre pendientes lisas de hierba generalmente.
Pero normalmente, las diferentes nevadas van alisando el terreno de forma que las capas que se deslizan lo hacen sobre capas inferiores de nieve.
! En este escenario, las rocas aisladas debilitan el manto de nieve y no ofrecen ninguna
resistencia ante una avalancha.


Las placas de nieve son duras y suenan a hueco
Este concepto erróneo viene provocado por la asociación de la palabra "placa" con una capa dura.
Pero la realidad es que las placas más peligrosas son de nieve blanda.
Una placa de nieve blanda puede desprenderse con una sobrecarga mínima; al contrario, las de nieve dura son más resistentes.
Se hace indispensable saber diferenciar la nieve polvo sin cohesionar, de la nieve polvo cohesionada.
Mientras que la primera puede generar aludes "inofensivos"; las placas de nieve polvo cohesionada son peligrosas y pueden empezar a deslizarse con una sobrecarga mínima.
Con el test de la pala podemos ver la diferencia entre ambos tipos de nieve: si la nieve polvo está cohesionada, podemos levantarla con la pala sin que se desmorone.

Cuando oyes "Boum" es porque la nieve se asienta, es buena señal
Ese sonido no tiene nada de positivo, es una señal de alarma!
El mítico "Boum" es el sonido de un manto débil fracturándose.
Dependiendo del tamaño de la placa, este sonido será más fuerte o casi inaudible. Cuando la capa es muy fina, más que un "boum" suena un ligero "sssss..."
Suene como suene, suele preceder al desprendimiento de una placa.
Tanto el sonido, como la aparición de grietas, son señales inequívocas de peligro inminente.

Las avalanchas solo las provocan esquiadores o snowboarders
No son los esquís los que cortan literalmente las placas, sino una sobrecarga en el manto.
Por tanto, no solo los esquiadores son susceptibles de producir avalanchas. Las podemos provocar caminando con botas o con raquetas de nieve.
No hay que olvidar que con raquetas de nieve podemos progresar por palas de hasta 30º aproximadamente. Las pendientes con más probabilidades de avalancha están entre los 30º y los 45º.
Y no solo eso.
También hay que tener en cuenta que la sobrecarga no solo la podemos provocar justo encima de la placa.
! También podemos desencadenar aludes desde abajo.
Caminar por el fondo del valle pegados a unas pendientes con un manto muy débil puede ser fatal.
Aunque estemos en el llano, la sobrecarga que provocamos al pasar puede transmitirse por la placa hasta el punto más débil por donde puede fisurarse y caernos encima.

Foto: @abismeguies

Solo hay avalanchas cuando hace mal tiempo
Otra idea equivocada es que el peligro de avalanchas desaparece cuando ha pasado la tormenta.
Aunque durante grandes nevadas es muy posible que se produzcan aludes espontáneos, cuando cesa de nevar el peligro no se desvanece.
Toda esa nieve reciente irá transformando y quizás, dependiendo de las condiciones metereológicas, se mantendrá en una situación extremadamente inestable durante días incluso semanas.